Historia
de Ciudad Universitaria y el Instituto de Investigaciones Económicas
El doctor Nabor Carrillo, al tomar
posesión de la Rectoría en febrero de 1953, llegó en una época definitiva, en
un renacimiento de la Universidad. Precisaba el Rector, la "Ciudad
Universitaria no es causa sino consecuencia de este renacimiento". Desde
1929 la UNAM dejó asentada en su Ley Orgánica como una de sus funciones básicas
"organizar y realizar investigaciones, principalmente acerca de las
condiciones y problemas nacionales (...)", ordenamiento que fue reforzado
después, cuando en 1945 se crearon el Consejo Técnico de la Investigación
Científica y, paralelamente, la Coordinación de la Investigación Científica,
como el órgano ejecutor de las decisiones académicas de aquél, y como promotor
y coordinador de las actividades de los centros e institutos.
El conjunto destinado a las ciencias
en la flamante Ciudad Universitaria -presidido por el edificio que hoy
conocemos como la Torre II de Humanidades- era en 1954 el primer espacio de esa
magnitud enteramente destinado y planificado con meticulosidad para los
requerimientos de la investigación científica.
El conjunto de edificios de la
Facultad de Ciencias y la Torre de Institutos de Ciencias con sus anexos. Para
trazarlos, los arquitectos proyectistas pensaron en una serie de plantas que se
irían sucediendo en sentido transversal, como fichas de dominó, extendiéndose
con relación a un eje maestro orientado de Norte a Sur, poniendo un límite al
campus en ángulo recto cuyos lados serían el oriental y el meridional del mismo.
Principiaría el conjunto con un edificio de tres pisos, para anexos de los
institutos de ciencias, y con eje Oriente-Poniente; le seguiría la Torre de
Ciencias, de quince pisos y con eje longitudinal de Norte a Sur; contigua
vendría la Facultad de Ciencias con un cuerpo central de dirección transversal
a la Torre y tres a las que correrían hacia el sur arrancarían de aquél, en
medio y a sus extremos, teniendo una elevación máxima de tres pisos".
Los arquitectos encargados del
proyecto -Raúl Cacho, Eugenio Peschard y Félix Sánchez- tuvieron como asesor al
matemático Alberto Barajas y, como consultores, a científicos de la talla de
Manuel Sandoval Vallarta, Carlos Graef Fernández, Nabor Carrillo y Alfonso
Nápoles Gándara, entre otros. En la Torre de Ciencias se albergaron los
institutos de Geografía, Astronomía, Geofísica, Matemáticas, Física y Química,
además de la Coordinación de Ciencias, ubicada en el último piso del edificio.
La Torre se planeó con dimensiones tan amplias que pudo alojar con desahogo y
comodidad a las numerosas dependencias de investigación, además de un
auditorio, salas de juntas, aulas, bibliotecas especializadas y servicios
generales.
El crecimiento de los institutos fue
de tal modo explosivo a partir de 1954 que durante el rectorado de Guillermo
Soberón Acevedo comenzaron a trasladarse paulatinamente a sus nuevas
instalaciones en la llamada zona de la investigación científica, al sur de
Ciudad Universitaria, y no han dejado de ampliarse desde entonces. Una visita a
la zona permite comprobar el gran desarrollo que ha tenido la investigación en
la UNAM en las últimas décadas.
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